Thursday, January 23, 2014

La espera que desespera.

8:03 del 23 de enero de 2014. Hace un año, diecisiete días y algunas horas que te vi por última vez. No podrás creer lo mucho que te extraño, y la mucha falta que me haces. Discúlpenme lectores, permítanme describir mi angustia.

En el verano de mis dieciséis, conocí a una chica encantadora. Es guapa, encantadora y tiene un hermoso corazón. Nuestro primer día juntos fue uno corto, pues ella vive en los Estados Unidos y el día después de nuestro primer encuentro, se marchaba hacia su hogar. La vería de nuevo seis meses después, completamente enamorado de ella.

El 27 de diciembre de ese año fue sin lugar a dudas, uno de los mejores días de mi vida. Nos encontramos, y no podía contener mi emoción. La chica de mis sueños estaba a mi lado, y yo, tonto como siempre no hacía nada al respecto. Luego de un par de refrigerios, (cerveza gente, cerveza) tuve la valentía de acercarme a ella, cargando en mi corazón las verdaderas intenciones. 

Le dije: "Te morderé."
Y ella solo sonrío.

Me deslizo suavemente hacia su cuello, mi corazón latía al ritmo de un ataque cardiaco. Ella sujetó mi cabeza con firmeza, acercó sus labios a los míos, y me besó. 

Aquí va la parte cursi:

Sin mentira alguna puedo decir que fue el beso más apasionado que he recibido. Todo fue perfecto. Estábamos los dos, dejando nuestro mundo cotidiano atrás, nos transportamos a un lugar solo nuestro. Donde pude haberme quedado para ver su rostro por siempre. La considero tan perfecta. Todos tenemos esa persona que nunca superaremos, y ella es la mía. Ha pasado un año, pero todavía la recuerdo como si hubiera sido ayer. Esa noche dejamos nuestras feromonas libres, solo fui de ella, y ella fue mía. Ese día nunca lo olvidaré.

La semana después, ella y un grupo de amigos se quedaron en mi casa. Como todos ustedes están pensando, tenía todas las ganas del mundo de brincarle encima y hacerla mi mujer. Pero no lo hice, pues notaba que se sentía incómoda. No entendía porque, pensaba que había hecho algo mal o algo por el estilo, así que no intenté más. Solo la abrazaba, y ella a mi, y durante esa noche, eso fue suficiente. 
Al otro día se fue como si entre nosotros no hubiera pasado nada, y sentí que mi espíritu se quebró un poco.

El día antes de su partida a su hogar, me dijo que me quería ver, y yo la extrañaba. La extrañaba más de lo que me gustaría admitir. Así que impulsado por emociones mixtas llegué hasta donde estaba. Pasé unas horas con ella, y solo me arrepiento de no haber pasado más tiempo junto a ella. Hablamos de todo, menos del amor que sentíamos por el otro. Al final, se despidió, me besó y se fue. 
Maldigo ese último beso.

Comenzó a llorar. No quería irse, y yo no quería que se fuera. Quería decirle palabras que la hicieran permanecer a mi lado. Quería sostenerla en mis brazos, hasta que el mundo se acabara, lástima que no fue así.

Días después me escribió y comenzamos a hablar:

- "Te extraño." 
- "Yo también. Quería quedarme."
- "Y yo quería que te quedaras. ¿Podría preguntarte el porqué te sentí rara en casa?
-"... No me sentía incómoda, pero sé lo que pasaría. No sabes lo mucho que me importas, lo mucho que te quiero. Apenas te conozco, y eso es lo que me asusta. No fue culpa tuya, fue mía, no quería caer por ti."

Así siguió la conversación, y le mostré un video musical sobre unos jovenes locos algo enamorados. Me contestó:

"Estoy llorando."

Y me hice mierda.

El tiempo nos separó, y ella logró seguir con su vida, lamentablemente yo no pude seguir con la mía. Ella consiguió a otra persona, y me duele. Me duele que no pude estar la chica de mis sueños. Me duele que la tuve y la perdí. Me duele el no estar a su lado. Sinceramente, ella tiene una parte de mi corazón. (En el sentido emocional, obviamente ella no tiene un pedazo de mi corazón.) Ella ocupa gran parte de mis pensamientos. Ella hizo que fuera una persona muy feliz, (aunque haya sido por poco tiempo.) 

Ha pasado mucho tiempo, pero todavía la espero. Espero con ansias el día en que la pueda ver, sentir, besar. Espero que vuelva, y tengamos la oportunidad de aclarar lo nuestro. De decirle como realmente me siento, de que estemos juntos. Espero la espera que desespera. Espero por un momento que quizá nunca llegará.

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