¿Cuándo fue la última vez que me pensé?
Os juro que realmente no recuerdo?
¿Cuándo fue el día, lugar y hora que dejé de pensar en todo(s) y me enfoqué en mi esencia?
¿Cuándo pasé de quien quería ser a quien solía ser?
Me emputo conmigo mismo, joder.
Me duele, me duelo, la tierra duele por mi.
Veo la lluvia caer y recuerdo cuando me encantaba mojarme en ella,
ahora me entrisrece, pues pienso que Dios llora porque no tengo salvación.
Me bebo solo esta Medalla y pienso mandarlo todo a la fregada.
Me cabreo porque me he perdido, aquel que pensaba que estaría siempre conmigo.
Porque ya no me basta con extrañar a personas que estuvieron o están...
Sino extraño al niño que en mi yacía, y veía solo lo hermoso de un lugar.
Soy la persona que hace mucho tiempo quería ser,
(pero)
no soy la persona que quiero ser ahora.
Recuerdo los días en que amaba la prosa, la poesía y lo que me hacía sentir,
ahora lloro, pues me vendí a las masas, buscando el aprecio, el afecto y la aprobación de las mismas.
Me duele pensar,
me duele que quise tanto cambiar,
que hoy aún es el día que lo intento,
pero sigo siendo el mismo tonto,
que nunca encontrará la paz.
Y me siento solo,
oh, cuán solo me siento.
No puedo acercarme A aquellos que una vez llamé amigos.
No encuentro refugio en el arte, no encuentro refugio en la anguistia,
solo encuentro paz en ser, solo ser, soy un ser sin propósito.
Y no le reclamo a Dios,
ni a una intervención divina,
esto me lo traje yo,
y las decisiones que tomé en la vida.
No hablaré de amantes,
no hablaré de problemas,
no hablaré de cosas que me pasan o que me atormentan.
Por primera vez en mucho tiempo, creo que debo ser el autor de mis propias malaventuranzas,
y creo que debo ponerle empeño a vivirlas, contarlas y disfrutarlas.
Anhelo el día en que el viento de poniente esté a mi favor.
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