Tuesday, March 19, 2019

La Oda del “Hola” que Calla y Folla

“Carpe Diem” decía al despertar,
“Carpe Noctem” al ir a descansar,
una rutina que no cumplía,
con mi deseo de sanar.

Y cuantos años han pasado,
con sus vivencias y aventuras,
y he aquí yo pensándolos,
sus grietas y baldosas,
rejodiendo las coyunturas,
creadas por travesuras.

Y que imagen tengo,
de la más activa de las Muipú,
que rayado me dejaba,
mis lágrimas sacaba,
cuando la tenía en parte,
pero nunca a plenitud.

Y vivamente recuerdo,
a la de las más grandes,
Ladelás,
que me probó en la juventud,
que me enseñó a vacilar,
a no ser ni yo ni tú,
solo nadie en particular.

Difícil de olvidar es,
la desgraciada,
Lamaspén,
la que en un vaivén,
y noche agraciada,
dejé de perseguir,
y así, de subsistir,
con el corazón al revés.

Hace poco conocí,
a la última de esta racha,
en una noche borracha,
de Luna sin frenesí.
No se compara con el ímpetu,
de la Muipú,
ni con el volumen,
de Ladelás,
ni con el genio,
de Lamaspén,
y quizás con esto en mente,
la refiera Nosequé.

Pues la Mui me recuerda a Sabina,
y Delás al Serrat,
y Maspén al Kutxi,
mas Sequé es a quién busco,
y es de todos, mas no mía.

Y de las todas y las muchas,
o las pocas y demás,
siempre me sacio el vicio,
antes de ir a acostar.
Y llevo unas semanas brumosas
brincando de cama en cama,
buscando hogar en cada una,
y ninguna de ellas, calurosa.

Y salgo por las noches,
para todo observar,
una calá,
una cachá,
una borracha,
un chachachá.

En las madrugadas el pensar,
que ya me hastié de estar,
de llorar para mamar,
de pagar para follar,
de sufrir para escribir,
de morir para vivir.

Al final todas mis desaventuras,
empiezan con un “hola”,
y “como aquél que calla, otorga”,
me quedo en silencio en la bajura,
y me desvelo para terminar esta oda,
la oda del “hola” que calla y folla.




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