La mayoría de las personas cuando se les pregunta: "¿Cual es la emoción más poderosa?" dirían el amor. Yo pienso que la emoción más poderosa es el miedo. El miedo al igual que el amor, puede destruir a una persona; uno puede tenerle miedo al amor, pero no amor al miedo. (Claro, siempre hay sus excepciones.)
Le temo al amor,
a sus garras paulatinas,
a sus encantos misteriosos.
Le temo al odio,
a que su oscuridad me inunde,
a nunca volver a ver la luz.
Le temo al día que la música no sea suficiente,
al día en que abuse de mis medicamentos,
al día que no sea día,
a la noche eterna.
Me aterran las palabras.
Las uso para expresar mi sentir,
pero le temo a las palabras usadas por aquellos que me desean mal,
pues las palabras me hieren más que puños.
Le temo a la soledad,
pues no he tenido otra compañera tan fiel,
tengo miedo de nunca librarme de sus garras.
Le tengo terror al fracaso,
no soy persona de rendirme fácil,
y me decepciona fallar.
Tengo miedo que el rencor se apodere,
pues tengo muchas razones para que mi corazón esté podrido
y aún sigue latiendo, eso me preocupa.
Creo que nunca superaré el miedo de perder a mis padres,
son los únicos que estoy seguro nunca me abandonarían,
pero la muerte no hace excepciones por nadie.
En conclusión:
le tengo miedo al miedo,
a decepcionar a los demás,
a no poder resolver los problemas de alguien que amo,
a que nadie resuelva los míos,
a lo sobrenatural,
a lo que viene después de este lugar,
a dejar de respirar.
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