Saturday, October 10, 2020

Las Crónicas del Cigarrillo (Prólogo)

 No puedo dormir. 

Es algo que me está pasando con frecuencia durante las últimas semanas. Es como si mi mente nunca tomara un descanso. Mis pensamientos nunca paran de acumularse y me cuesta filtrar efectivamente las cosas a las que le debo prestar atención. Mi doctor me dice que me ayudaría mucho escribir acerca de lo que pasa por mi mente y las cosas que me pasan; para así poder internalizarlas luego con más calma. Obviamente, no me puedo negar, pues el tipo soy yo mismo. 

Me encuentro en un momento extraño en mi vida. Ya no hablo con mis amistades como antes, he cambiado en mis intereses, ando enfadado con regularidad y al parecer, aún tengo la estabilidad emocional de un chaval de diecisiete. (Que buena vida). Siento que todo lo que veo son personas corriendo hacia adelante mientras yo me quedo atrás. Me cuesta pensar que estoy haciendo algo positivo con mi existencia. Me duele mi propia nostalgia. Pasan los años pero mis problemas son los mismos; así que la interrogante es: "¿acaso he cambiado ó nunca hice el esfuerzo por hacerlo?"

Cuando empecé mis relatos de Las Crónicas hace unos años no tenía ninguna meta con ellos. Escribía lo que me placía, como quería. Eran mi escape de lo mal que lo estaba pasando en mi vida cotidiana. Mi personaje principal era mi mejor amigo; pues él era yo, o al menos, el yo que no le muestro a nadie. El escribir me sacó de un periodo muy oscuro y complicado en mi vida. Sin miedo a equivocarme puedo decir que escribir me salvó la vida; y debería darle las gracias compartiendo mis letras. Ahora escribo en un momento de mi vida con más claridad; aunque esté lleno de vicisitudes. Probablemente se refleje la diferencia en comparación a mis escritos anteriores; pero no me importa. He vuelto más áspero al mismo compás.

Aquí verán de todo. El Amor, (Des)amor, Risa, Tristeza, Dolor, Pena, y Alegría. Mis temores y mis puntos de vista. La verdadera pregunta que se harán es si esto en realidad me pasó, o solo es un producto de mi imaginación. La única respuesta honesta que les puedo dar es que es un 70/30; pero las conclusiones las deberán sacar ustedes.

Agradezco a todos los que me han apoyado durante los años (ustedes saben quiénes son). Aunque estas entradas nadie nunca las leyera; la retroalimentación positiva de vosotros hacia mí me ha hecho mejor escritor; y, ¿quién sabe? tal vez hasta una mejor persona.

Pronto viene lo bueno.

Ahora solo quiero descansar.

- M

Tuesday, July 21, 2020

Guapa


Hola, Guapa.

Hace mucho tiempo que no hablamos, hace mucho tiempo que no te pienso, hace mucho tiempo que no te escribo. Aunque no lo creas, no es por falta de ganas; sino por una misteriosa inhabilidad de poder concretar mis pensamientos para plasmar mi sentir. Llevo varias noches sin dormir tratando de encontrar una cura a este insomnio y creo que por fin puedo esclarecer el asunto.

Esto no es una carta de amor, Guapa.

Recuerdo cuando te conocí hace diez años como si fuese ayer. Jamás había visto a un ser que me hiciera sentir de la manera en que lo hiciste tú. Nunca me había enamorado porque no sabía lo que era el amor, pero tú cambiaste eso; y a la vez me cambiaste la vida. Fuiste la primera chica a la que le dije guapa, Guapa. A su vez, tú me brindaste cariño y compañía, por más inconsistente que fuera. Yo traté de darte todo lo que tenía, pero fue imposible. Hasta ese momento tú me habías dado todo lo que tenía, así que no te lo pude dar porque ya te pertenecía. Esa realización me tomó más de una década comprenderla; pero hoy duermo más tranquilo al poder comprenderte mejor. Hoy te veo con otros ojos. Ya no me quedo perplejo al mirarte a los ojos, ya no se me eriza la piel cuando te escucho, ya no ocupas espacio por tiempos prolongados en mi cabeza. Fuiste la primera que me dio amor, Guapa; por eso siempre te estaré agradecido.

Recuerdo que te conocí hace ocho años en el mejor verano de mi vida. Llegaste de repente, sigilosa e incandescente. Aún éramos jóvenes, no sabíamos qué queríamos, a dónde iríamos o cómo lograríamos nuestros sueños; pero nos teníamos, y juntos encontraríamos la respuesta. Ya tenía una idea de lo que era el amor, pero, nuevamente, fuiste tú, Guapa, la que me mostró mi amor por la música. Encontraba fascinante la manera en que te perdías en tu propio mundo cuando escuchabas una canción que te gustaba. Tu sonrisa brillaba con la fuerza de cien soles cada vez que me mirabas sorprendida, cuando te dabas cuenta de que estaba cantándola contigo. Guapa, eras impresionante. Juraba que eras el amor de mi vida. Pero el verano se acabó, y con el partiste. Lloraste esa última noche de julio, y fue ahí que supe que me quisiste tanto como yo a ti. En ese momento supe que lo que vivimos fue real, por más efímero que haya sido. Partiste a buscar lo que querías, a ir donde te placiera y a lograr tus sueños. La vida no ha sido buena contigo, Guapa; pero aún vives en mis memorias: dulce, solemne, pasional, luchadora, y obviamente, eternamente guapa. Te agradezco el dolor que tu partida me trajo, pues me hizo más fuerte. Te estoy agradecido porque más que nuestro amor, me obsequiaste un amor más fuerte; el que le tengo a la música.

Recuerdo como te conocí hace seis años. Ya había amado y sufrido bastante, pero nada comparado a lo que habías sobrellevado tú. Me llamó la atención lo parecido que éramos el uno con el otro, Guapa. Que nuestra manera de ver la vida era distinta a los demás. Por más cínicos que nos hayamos convertido, siempre buscábamos darle todo nuestro ser a los demás; porque sabíamos lo mucho que duele el sentirse vacío. Ya mi arsenal constaba en el amor que tenía para dar y el amor por la música. Sin embargo, tú, siempre lista para sorprender; causaste que yo mismo descubriera y desarrollara una nueva forma de amor, el amor a la escritura. Para los tiempos que no te hablaba, Guapa, te escribía. Fuiste mi primera musa. Las incontables horas que pasé dedicándote palabras han sido una de las mejores inversiones que he podido hacer en la vida. Te convertiste en mi fiel compañera, siempre ansiosa de ver que invento nuevo se me ocurría y siempre impulsándome hacia las nubes. Me amaste como nadie me había amado antes; y lo digo sin temor a equivocarme, te amé como nunca lo había hecho y como nunca lo he vuelto hacer desde entonces. Todo lo bueno termina; pero nunca te he guardado rencor. Te agradezco porque nos amamos con el mismo fervor de ese que aparece en los filmes que te gustan. Te agradezco porque me hiciste mejor músico y porque gracias a ti soy escritor. Te agradezco porque me rompiste el corazón, quebrantaste mi espíritu y me hiciste comprender que lo que una Guapa te da, una Guapa te lo puede quitar.

Recuerdo cuando te conocí hace unas semanas, Guapa. Llevaba años siendo esclavo de mis memorias, llevaba años sin escribir algo que tuviese un verdadero significado. Me bastó con tener una conversación contigo para saber que de ti escribiría; pues por supuesto, eres tú, Guapa. Esa semana fue una intensa; y desde ahí creo que comienza el asunto del que te hablaba al comienzo.

Te recordé, guapa, y cómo me enseñaste lo que era el amor.
Te recordé, guapa, y cómo me enseñaste lo puro del amor a la música.
Te recordé, guapa, y cómo me enseñaste lo que tenía dentro y como plasmarlo en letras.
Te recordé, Guapa. Te recordé porque, otra vez, me obsequiaste con algo que no había tenido antes; amor propio.

Te recordé porque con tan solo hablar contigo, después de tantos años, volví a redescubrir lo que es el amor, lo que es amar la música, lo que es amar la escritura y lo que es amarme a mi mismo y a la vida que llevo. Te recordé porque, aunque dije que te conocí hace unas semanas, pienso que esa no es la mejor manera de explicarlo. No lo veo como que te conocí, Guapa; sino que recordé cada instancia, cada versión y cada vida en dónde nos hemos encontrado. Cada cosa nueva que me dices, cada acto que haces y cada obsequio que me das con tu tiempo y compañía lo veo como recuerdos gratos que me han marcado y desarrollado en el camino. Por eso estoy agradecido contigo, Guapa, pues gracias a ti es posible que por fin pueda matar de una vez y por todas al olvido que siempre se acuerda de resucitar.

Esto no es una carta de amor, Guapa.

Este soy yo, dejando plasmado en letras lo que me agobia la mente y el alma; de manera terapéutica y fugaz. Esto es para ti, porque sé que cuando lo leas sabrás que es para ti; mostrándote un poco de mi para que sientas, al igual que yo, que no me estás conociendo, sino me estás recordando en este tiempo imperfecto.


Monday, July 6, 2020

Estudios de Mercado

Joder, me siento hasta raro escribiendo en el blog. Siempre uso el mismo símil, "como volver a hablar con un viejo amigo", mis dedos recorren las teclas en modo avión. Tengo el Espoti en aleatorio.

Primera canción, el Kutxi grita "si te quedas conmigo aquí, verás que mi palabra viste de rojo carmesí". Esa fue la línea que me hizo que me gustara la canción, que le prestara más atención al que hoy es mi disco favorito de los Marea. Mi palabra es mi fibra, es del color de mi sangre, es mi ley.

Segunda canción, y les juro que no estoy diciéndolo para que sea cohesivo, pero suena En Mis Venas (la ironía es palpable). Volví un segundo a mis dieciséis, primera vez que la escuché "busco aire y encuentro polvo", lo tengo bien marcado. Me sentí así por meses; y aún me siento así de cuando en vez. No seáis pesados, no es por los cigarros que me echo a la boca. Es más bien la sensación de ahogarte en tu inseguridad cuando estás haciendo todo bien y aún te sale todo mal.

Tercera canción. Deshoras. Así me llegué a poner en el Instagram cuando chaval. "Me caga que me expliquen cómo es el mundo, si al final todos están equivocados... todos a la vez". Qué línea más caótica. Somos así, sabe-lo-todos de la vida, sin aceptar ayuda ni consejos, porque el que tiene la razón soy yo. Me da vergüenza lo irracionales que somos.

Sigue tocando, pero recordé una de las mejores líneas que Pepe escribió aún en PXNDX, "Desgraciadamente somos tan explícitos, que reclamamos los defectos de nosotros mismos" y me pone a pensar, ¿por qué somos nuestro peor enemigo? ¿por qué nos hacemos tanto daño?
"Las cosas que más amamos son las que no terminan matando"... no sé quién dijo eso, pero le dio al clavo con esa.

Cuarta canción y vuelve el Kutxi con su voz de vidrio roto a plasmar lo que siempre habría de decir estando en una relación, pero no estoy en una relación y tampoco lo escribí en canción:
"Yo te querré deshecha,
te querré en la roca viva,
te querré en todos los versos que no quieran tus pupilas,
yo te querré en la sepia,
te querré en la cumbre fría,
te querré hasta que el fantasma de tu voz venga a por mi."

¿Ya ven el porqué ese poeta de mierda es mi escritor favorito?

Me interrumpe una llamada, una amiga con problemas de chicos. Siempre he sido ese sicólogo, desde los dieciséis. El amigo de todas, el hermano de todas, el amor de ninguna. Las que me quieren me dejan, ya sea siguiendo sus mentes o corazones, el resultado siempre es el mismo. Ya me he acostumbrado a saber cómo resolver problemas amorosos sin estar en 17 relaciones, así que todo tiene su lado positivo. Se sorprende al escuchar que estoy escribiendo, pues sabe lo importante que llegó a ser en mi vida.

Sexta canción. Sí, sexta, la quinta pasó antes de que pusiera pausa. Marc está hablando de una chica cuando dice "hablas de poetas muertos y escribes canciones para olvidar que has sido ángel sin techo mala por derecho y reina de bar", pero siempre me he identificado con esa estrofa. Que buen disco es ese de La Ciudad Subterránea.

Séptima canción. Ya han de estar aburridos, pero para la sorpresa de nadie escuchamos al mismo cabrón con la voz tosca, hablando sobre lo mismo con diferentes palabras y distintos acordes.
"Un reguero de luna será nuestra casa,
de ésta Luna tan puta, de pechos de plata,
¿será el arrullar de la libertad que tiene cogida pa' ti y para mí el aroma de sus bragas?"

Él mismo lo dice, que es un poeta de mierda, de cama vacía. Gracioso es que ese, y muchos otros de sus versos están pintados en las paredes de mi habitación. Solos pero acompañados Kutxi, adheridos pero separados.

Octava canción, Venimos de Miss Caffeina. Es un papalote. Rara como ella sola, pero increíblemente cautivante...
"Venimos del mismo lugar,
de un año de mierda,
de rabia sexual,
venimos del mismo lugar,
de follar con desconocidos para olvidar
algunas preguntas que no sé contestar."

Todo lo antes escrito lo he sentido o vivido, ustedes hagan con esa información lo que les plazca.

Novena canción. ¡MADRE MÍA! Al fin una chica. Toca Caída Libre de Zahara. La muy guapa es una chulada de artista y fenomenal escritora. Uno de mis recuerdos favoritos de mi estadía en España fue que pude verla en directo, y poder ver a alguien que admiro haciendo su arte es un sentimiento que no puedo poner en palabras. No, no se han inventado palabras para describir como eso se siente. También viví la historia de ésta canción un finde en Madrid, pero de eso no se habla.
#YOLAMOLAMIL

Décima canción: Manía Cardiaca por Enjambre. La descubrí hace muchísimos años, pero no la logré entender a plenitud hasta que hace unos años me enamoré de una chica que pronto se convertirá en doctora...
"Corazón, te vi, ya no me engañas,
un bisturí reveló tus entrañas,
caí en lo profundo de tu organismo,
lo escondes con tal cinismo..."

Joder, yo sé que tengo buen gusto en música, pero hasta yo mismo me sorprendo.

Para los que se pregunten de dónde sale el título de esta entrada, pues se basa en que me encuentro estudiando mi mercado, pensamientos aleatorios con canciones aleatorias. Busco un orden al desorden que es mi cabeza. (Les estoy tomando el pelo, es una canción de Dorian y es el nombre que le puse a la playlist que estoy escuchando; a poco no se crean que soy inteligente).

Se supone que solo escribiría 10, pues sé que el único que está leyendo hasta aquí soy yo, al escribir estas palabras y en la posterior lectura que le daré a esta entrada en algunos años. Pero como me salté una, añado una.

Onceava canción: Más o Menos Bien. Llevo escuchándola, quemándola, asesinándola desde el 2015. Siempre me hace sentir bien si estoy triste y me hace sentir genial cuando estoy feliz. Para todo lo bueno hay que esperar, así que comparto la línea que estoy seguro, cambió mi vida. Como diría el gordo, peludo y jodido bajista Motorizado (lo digo con cariño, porque ese literalmente soy yo cuando estoy en bandas):

"Desconocido,
espero tus problemas se acaben,
y así volver a la senda del bien.
Desconocido,
dobla tu energía en partes iguales,
y todo va a estar Más o Menos Bien."