Tuesday, August 26, 2014

Las crónicas del cigarrillo. (Parte 4)

He aquí para los que no saben, mi nombre es Apollo; tengo dieciocho años y me gusta escribir. Para aquellos nuevos, frecuentaba detallar las cosas que me pasaban en partes de una historia pero dejé de hacerlo. Así que antes de leer esta, lee las últimas tres y le das tu opinión a mi creador sobre ellas; ¡empecemos! 

No sé como diablos me pude graduar de la superior. Con todas la situaciones, los malos ratos, las malas lenguas, las malas mamadas, en fin, con todo lo malo, lo logré hacer. Ahora comencé en una universidad local para estudiar sobre algo que todavía no he podido descifrar. Solo espero que en el andar pueda descubrir lo que en realidad quiero; hablando de eso, quiero un cigarrillo.

Mi vida es algo como la escuela. La única diferencia es que ahora a los profesores les vale verga los estudiantes y puedo fumar dentro del plantel. He visitado a Pratts ( mi sicólogo) muy poco en estos meses. Hice unos cuantos amigos y conocí a mi actual mejor amiga; Annabel. Tuve tres frustraciones amorosas y juré no volver a dejar que otra mujer me trajera más mierda de la que ya tengo (sin resultado alguno). Probablemente abunde sobre ellas pronto. Todavía soy virgen; algo que me deprime constantemente. Me acabo de levantar; ¿y qué significa eso?, paja matutina.

- "Quiero recalcar que no he cambiado mucho, sigo bebiendo, fumando, y masturbándome (la última en una base diaria). Sigo tocando mi guitarra para apaciguar los sollozos de mi alma y sigo viendo pornografía para alimentar la pupila. Sigo leyendo historias de amor que me hacen pensar en el suicidio y ya no tengo que esconder mi vicio de nicotina de mi madre (resulta ser que lo sabía de hace un tiempo). Sigo con la mala costumbre de darle consejos a la gente y no aplicármelos, y tengo la misma costumbre de acostarme pensando en que mañana será un mejor día; solo para que al otro día me vaya peor. En resumidas cuentas, soy un joven con problemas de joven."
- "Me alegra que no te hayas metido en algún lío en este receso que hemos tomado..." me dijo Pratts, encendiendo un cigarrillo. Algo curioso es que Pratts no hablaba mucho. Siempre en nuestras sesiones yo era el que abundaba y él solo aportaba cuando era necesario. Me agradaban nuestras charlas pues nunca me sentía a gusto el desahogarme, pero sentía que si podía hacerlo con él, y por eso seguía viniendo.
- "Sabes que nunca busco pleitos; ellos me encuentran a mí."
- "Deja el acto de víctima, Apollo; eso no te viene bien."
- "No tengo como defenderme, Pratts. Diría que eres un idiota y que no actúo como víctima, que odio serlo. La realidad es que víctima es el que sufre como el que se deja sufrir; o sea, al parecer lo soy."
- "No era mi intención ofenderte..."
- "No te preocupes, para eso estoy aquí, para reflexionar."
- "Eso es todo por hoy, ¿nos vemos la próxima semana?
- "Vale" y con eso me fui. Era viernes, estaba ansioso por una cerveza.

Esa noche llegué a un sitio muy frecuentado por jóvenes, había bebida y música; pero sobretodo: Chicas.  He aquí parado en una esquina mirando los alrededores por indicios a que una (des)afortunada me sacara de la monotonía. Annabel estaba bailando con su novio, cuando cruzamos miradas y se sonrió. El nombre no era lo único que tenía hermoso. Era muy bonita, buenos valores y buena familia; pero era buena conmigo. Me alegró el verla feliz celebrando lo que a mi parecer era una semana ardua en la universidad. A mi izquierda había una pareja peleando.

- "¡Suelta el teléfono cuando te hablo!"
- "Ay, cállate. ¿Qué pretendes? Cada vez que te pasa una ramera por el lado te quedas hipnotizado, cumpliendo su misión; probando que existe otro imbécil más en el mundo..."

Ya no quería escuchar. Él es un imbécil y ella una tonta; son tal para cual. A mi derecha se encontraba otra pareja; pero estos dos seres tenían un nudo reforzado entre sus lenguas y para evitar más espectáculos innecesarios me fui afuera. Era una noche sin nubes, pero apenas se podían apreciar las estrellas. Eso me recordó un poco a mí; no importa que baje mis defensas y mi corazón esté expuesto, probablemente no se pueda encontrar nada. De repente siento que alguien me toca la espalda y volteé... Para mi sorpresa era una chica, extremadamente bonita pero con una cara llena de preocupación.

- "¡¡¡Hazme un favor!!! Por favor pretende ser mi pareja para alejar a un idiota que no sabe la definición de la palabra "no".
- "Erhmm.. vale."

Pocos segundos después llegó el tan esperado patán; esto sería divertido.

- "¡Oye! ¿Por qué te fuiste?
- "Te dije que no quería bailar, ¿No entendiste?
- "Pues vale, no solo quiero bailar contigo..." y al decir esto intervine yo. Me fui detrás de ella y puse mis manos en su cintura. Delicadamente mi boca fue jugando con su cuello. Ella me siguió la corriente como si fuésemos una verídica pareja. 
- "Lo siento amigo, ella está conmigo." El sujeto no dijo nada pero aún así no me creía del todo; así que para dejarlo libre de dudas hice que su cara enfrentara la mía con mi mano. Por un instante nos miramos y déjenme decirles que realmente hermosa. Le acaricié la mejilla tiernamente y la besé. Lo divertido fue que no sabía si era por engañar al idiota o por que en realidad era atrevida pero me besó fuerte. No había sentido nada similar en mucho tiempo. Al finalizar, el muchacho se disculpó y se fue. Luego ella me mira con una cara medio confusa...

- "Erhmm... gracias, supongo. No creía que mi noche fuera así."
- "Perdóname, solo lo hice porque..." pero comencé un debate en mi mente. Lo correcto hubiera sido decirle que lo hice para espantar a su "admirador" pero honestamente lo hice porque lo deseaba. 
- "No tienes que disculparte" dijo sonriendo.
- "Me llamo Apollo, ¿podrías brindarme el tuyo?"
- "Me llamo Luna."
- "Luna... Bueno, si por nombres fuera creo que mi deber en esta vida es conquistarte."
- "Eso parece..." me dijo aún con la sonrisa en la cara.
- "¿Te volveré a ver?" 
- "Te espero el viernes que viene" y con eso, me besó en la mejilla y se marchó.